SINOPSI
Argonauta errante, Medea cose su vuestido de amor con la sangre de las mujeres de la Cólquide, deja que su danza enloquezca. Se mueve entre un cuerpo y otro cuerpo, entre un hombre y una mujer, entre el humano y el animal, entre un objeto y un sueño. En la geografía de lo incalculable, lo desaparecido, lo incongruente. Nace y muere de su misma cuna, ese lugar fértil del que emerge la vida y en donde ella misma termina.
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FICHA TÉCNICA
VIDEO
Espectáculo: Medea
Dramaturgia: Adaptación de Medeamaterial de Heiner Müller
Dirección: Jessica Walker
Interpretación: Andreia Moreira
Escenografia: Andreia Moreira
Vestuario: Andreia Moreira
Público: Mayores de 18
Idioma: Castellano
Duración: 40 minutos de espectáculo
Necesidades específicas del espectáculo:
3 horas de montaje y 2 horas de desmontaje
LA ACTRIZ
El Alma es el primer Artista.
Jessica Walker
MI ARTE
Andreia Moreira, nacida en Portugal, el 1982, y a vivir en Barcelona.
Profesora, traductora, formadora y actriz. (indaga)
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Cuando creo, me descubro un poco más. Ahí estoy yo, detrás de las máscaras, de los tapujos, de las armaduras de mil guerras. Cuando creo, me rindo. Me pido perdón. Salgo a jugar. Y en ese juego, es cuando estoy siendo yo misma, sin miedo a que vean lo que en un día más de suma irreflexiva de horas, minutos y segundos no suportaría que nadie viera. Por miedo. Por vacío. Yo misma, por otro lado, no tiene miedo a ser vista, a defraudar. Las horas, minutos y segundos son pura experiencia. Y la experiencia de ser sana. Cuando creo, me sano. Y tengo la firme convicción de que cuando nos sanamos, sanamos también a nuestro entorno.
Medea nació en mi tercer año de la Escuela Laboratorio de Expresión Corporal Dramática, entre 2015 y 2016, y está viva. El verano antes de empezar los primeros ensayos escuchaba música horas sin fin y pensaba en como esas artistas transmitían su forma particular y única de sentir con esas letras, esas melodías. Y deseaba encontrar mi própia forma única de expresión. Pensaba en como sería mi Medea. Me imaginaba divertiéndome y riéndome con una Medea tragicómica, clownesca, de blanco. Y esta está llena de rabia, de despecho, de abandono, de locura y disolución. Quizás todavía no se pueda reír, aunque el sarcasmo la ayude. No se puede reir porque mata a sus hijos.
Es mi proceso de sanación, de vitalidad, y para ello intento no estar por medio, juzgando o preconcebiendo; lo que no siempre es fácil. A finales del proceso escribía: Los lugares se van haciendo más blanditos, las palabras salen de mis labios como evocaciones a las siguientes y se entrelazan entre ellas. A veces tengo ganas de gritarlas, a veces me hacen parar en seco, morderlas suavemente, dejarlas ir por donde quieran ellas y, en ese tiempo, es como si las entendiera. Todos los personajes viven dentro de nosotras. Yo, Andreia, también tengo una Medea enfadada, risueña, sencilla, agrietada, enloquecida, inocente, sangrante, deseante, nutrícia y devastadora. Y todas ellas pasan por mí, no para encuadrarlas en mis esquemas, sino para darles un respiro, el aire que necesitan. Yo estoy a su servicio.
Tras el estreno, el segundo día, algo mágico pasó. En el momento de matar a los hijos un puñal de oro recordó al corazón de Medea el dolor de esa pérdida, de donde venia y adonde iba. Adonde va ahora. En esta vida.
Actuar, Qué verbo interesante, ambíguo, prolifero, profeta.
Este trabajo, esta Medea y esta actriz buscan ahora otros lugares donde presentarse y compartir. Para que nuevos ahoras no paren de suceder.
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